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Ser constante al ejercitarse es la clave para lograr un hábito y beneficios fisiológicos como la coordinación, resistencia, condición física.


Por Antonia García Gómez

Si has decidido ejercitarte aeróbicamente, tomando clases en tu gimnasio, no te desanimes a la primera de cambio.

Sucede que cuando eres principiante llegas al salón y no sabes ni dónde colocarte.

Mi sugerencia es que estés al frente, o en un lugar cercano al instructor. ¿Por qué? Pues porque así podrás ver los cambios de movimiento que realizará al ir creando su rutina.

Un buen instructor:

La comunicación es básica entre el alumno y el instructor, por lo que si tienes dudas de participar en la clase, no te detengas y pregunta.

Inicia la clase

Sigue la clase sin sentirte fuera de lugar, al principio te costará trabajo, sobre todo, si es la primera vez que haces ejercicio, no importa, sigue al instructor y no te desanimes porque no puedas seguirlo en todos sus movimientos. Lo importante es asistir a la clase por lo menos tres veces a la semana para que vayas aprendiendo a realizar todos los movimientos en un rango total de movimiento, ejecutándolos de la manera correcta para no lesionarte.

No te desanimes a la primera y toma en cuenta lo siguiente:

Si de vez en cuando te sucede que vas a la izquierda y el instructor y el resto de la clase a la derecha, es normal, cuando no se cuenta con coordinación, que no te de pena. El lograr ir a la par del instructor, lo verás en poco tiempo, si eres constante. ¡Lograrás coordinar, ya lo comprobarás!

Mantener la posición correcta es importante para fortalecer tus músculos y para no lesionarte. Recuerda también inhalar y exhalar correctamente y evitar así el famoso dolor de "caballo".

Controla tus brazos; si realizas los movimientos como te los indica el instructor, aprovecharás tu clase. No seas de l@s típic@s que parece que tienen flojera de levantar los brazos o piernas y parecen hilachos sus extremidades. Realiza los movimientos con un rango de movimiento completo y con energía.

El ejercitarte aeróbicamente implica que no debe faltarte el aire, lo que quiere decir que la necesidad de oxígeno es la misma que suministras al inhalar, de lo contrario estarás trabajando anaeróbicamente y por consecuencia el objetivo aeróbico que buscas no lo obtendrás al cien por ciento. Como por ejemplo: la pérdida de grasa corporal, en las clases de larga duración llamadas fat burn.

¿Cómo bajar la intensidad en una clase para mantener la fase aeróbica?

Estos son algunos ejemplos de cómo bajar la intensidad en caso de elevarse más de lo que requieres para cumplir tu objetivo. Tú sabes en qué momento está tu Frecuencia Cardiaca elevada, así que procura medirte por tu esfuerzo, si es que no cuentas con un monitor que te indique en qué rango estás trabajando.

Es importante que tomes en cuenta que pararse de golpe, puede ocasionarte una lesión. Por lo que la recomendación es que si te sientes cansad@ bajes la intensidad poco a poco.

Los resultados de tu esfuerzo al ser constante y ejercitarte por lo menos tres veces a la semana, los verás reflejados en unos tres meses. Obtendrás beneficios fisiológicos, además de haber obtenido un hábito, que es lo que se busca, al ser constante. Que tu cuerpo comience a requerir la actividad física.

Algunos de los beneficios que obtendrás en este lapso de tiempo:

Imagínate subir sin mayor esfuerzo aquellas escaleras que te parecían eternas..., el ejercitarte hará la diferencia…

¡Adelante!, no te detengas por flojera o por las críticas destructivas de personas que no logran mantenerse activas. Si ya te fijaste la meta, ahora cúmplela y disfrutarás de un estilo de vida saludable.

¡Tú decides lo que te conviene hacer por tu salud!

Recuerda, cuida tu cuerpo, que es tu casa…