Tratamiento:

Con el uso de técnicas convencionales, sólo 20% de los pacientes perderá cerca de nueve kilogramos y mantendrá la pérdida por más de 2 años; 50% conservará una pérdida de cerca de 18 kilogramos. El prolongado contacto cercano del proveedor de salud y el paciente, parece ser más importante para el éxito del tratamiento que las características específicas de cualquier régimen terapéutico dado.

La selección cuidadosa del paciente mejorará las tasas de éxito y disminuirá la frustración tanto para los pacientes como los terapeutas. Sólo un paciente suficientemente motivado debe entrar en los programas del tratamiento.

El ejercicio aeróbico a intensidad moderada, ayuda a controlar el peso corporal. Los programas que tienen más éxito emplean un procedimiento multidisciplinario para la pérdida de peso con dietas hipocalóricas, modificación del comportamiento para cambiar la conducta de ingestión de alimentos, ejercicio aeróbico y soporte social. Debe enfatizarse el mantenimiento de pérdida de peso.

Se sugiere lograr cambios a largo plazo en la conducta de ingestión de alimentos para mantener la pérdida de peso, aunque se dispone de programas formales acerca de la modificación de la conducta, a los cuales puede referirse a los pacientes. El médico que atiende a los pacientes obesos puede diseñar varias técnicas de comportamiento útiles. Las técnicas más importantes consisten en enfatizar la planeación y mantenimiento de registros. Puede enseñarse a los pacientes a planear menús y sesiones de ejercicios y registrar su conducta real. El mantenimiento de registro no sólo ayuda a los cambios de comportamiento, también ayuda al proveedor de salud a hacer sugestiones específicas para resolver problemas. Puede enseñarse a los pacientes a reconocer indicios de los deseos de comer (emocionales, situaciones, etc.) y cómo evitarlos o controlarlos. También son útiles para muchos pacientes los sistemas de recompensa y contratos financieros reintegrables.

El ejercicio ofrece múltiples ventajas a los pacientes que intentan perder peso y mantenerlo. Los ejercicios aeróbicos aumentan directamente el gasto diario de energía y resultan particularmente útiles como terapéutica de mantenimiento a largo plazo. El ejercicio también preserva la masa corporal magra y previene parcialmente la disminución de gasto de energía basal.

Los pacientes con obesidad intensa, pueden requerir regímenes de tratamiento más enérgicos. Las dietas muy bajas en calorías (menos de 800 Kcal/día) dan como resultado una pérdida rápida de peso y notable mejoría en las complicaciones metabólicas relacionadas con la obesidad. Los efectos adversos como fatiga, hipotensión ortostática, intolerancia al frío y trastornos de líquidos y electrolitos, se observan en proporción al grado de reducción de calorías y requieren supervisión regular por un médico.

Los pacientes se mantienen comúnmente en estos programas durante cuatro a seis meses y pierden un promedio de casi uno a dos kilogramos por semana.

Se dispone de fármacos para el tratamiento de la obesidad, tanto de venta libre como por prescripción. Los estudios realizados de los medicamentos aprobados demostraron típicamente una pérdida modesta de peso, en estudios a corto plazo, pero esta pérdida se recuperaba luego de suspender el fármaco.

Aunque la cirugía es el último recurso para el tratamiento de la obesidad, más de 100,000 pacientes se han sometido a terapéutica operatoria, las operaciones gástricas son ahora los procedimientos de elección, los más populares son: la gastroplastía de banda vertical, en la cual se forma una bolsa más pequeña del estómago y los procedimientos de derivación gástrica. Ambos procedimientos dan lugar a pérdida significativa de peso, los estudios tienden a favorecer los procedimientos de derivación gástrica, este es particularmente útil en pacientes que consumen grandes cantidades de dulces.

Por lo anterior, como se observa, el tratamiento de la obesidad es multidisciplinario y depende en gran medida de los pacientes, el éxito del tratamiento.

Scroll to top