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Las cefaleas migrañosas pueden durar varias horas y la frecuencia de los ataques son variados.


Escrito para Fitness por Ma. Inés Balbuena

Para establecer el diagnóstico de migraña sin aura, o migraña común, se necesitan por lo menos cinco ataques dolorosos de cuatro a 72 horas y tener dos de las siguientes características: localización unilateral, carácter pulsátil, intensidad moderada a severa y agravamiento del dolor con las actividades físicas rutinarias. Los ataques deben tener al menos uno de los siguientes criterios sintomáticos: náusea con o sin vómito, miedo a la luz (fotofobia). Si el dolor dura más de 72 horas, se establece el término de Status migrañoso. La frecuencia de los ataques dolorosos es muy variada, desde varios a la semana hasta uno o dos en toda la vida, pero el migrañoso promedio experimenta cuando menos de una a tres jaquecas por mes, puesto que la migraña es por definición un fenómeno recurrente.

Además todos los pacientes deben de contar con un examen físico y neurológico no sugerente de ninguna otra enfermedad. De tal manera que el diagnóstico de migraña es un tanto por exclusión de requerimientos clínicos.

Tipos de migraña:

Las migrañas se han relacionado con la dilatación y pulsación excesiva de ramas de la arteria carótida externa, las cefaleas con auras van precedidas o acompañadas de trastornos focales de la función neurológica y se han atribuido a constricción de ramas de la arteria carótida interna. Estas son alteraciones visuales y pueden consistir en defectos del campo, alucinaciones visuales, luminosas, como estrellas, relámpagos luminosos sin forma (fotopsia), patrones geométricos, zigzag de luz o cierta combinación de defectos del campo y alucinaciones luminosas, entumecimiento, hormigueo, desmayo o debilidad en una distribución circunscrita.

Los pacientes suelen proporcionar antecedentes familiares de migraña, los ataques pueden iniciarse por estrés emocional o físico, falta o exceso de sueño, no comer, alimentos específicos por ejemplo chocolate, bebidas alcohólicas, menstruación o uso de anticonceptivos orales.

En los casos raros, las alternaciones neurológicas o somáticas que acompañan a las cefaleas migrañosas clásicas constituyen la única manifestación de un "ataque", muy rara vez el paciente puede quedar con un déficit neurológico permanente después de un ataque de migraña.

La fisiopatología de la migraña se relaciona probablemente con el neurotransmisor serotonina, la cefalea puede ser el resultado de la liberación de neuropéptidos que actúan como neurotransmisores en las ramas del nervio trigémino y que causa un proceso inflamatorio, otro mecanismo posible incluye la activación del núcleo del rafe dorsal.

El tratamiento de la migraña consiste en evitar cualquier factor precipitante, junto con el tratamiento farmacológico profiláctico o sintomático si es necesario.

En el tratamiento de la fase aguda se encuentran diferentes medicamentos desde analgésicos simples (que se indican en cefaleas de discreta intensidad a moderada) ya sea acetaminofen, aspirina con o sin cafeína, algún barbitúrico con o sin codeína antiinflamatorios no esteroideos.

Si las cefaleas migrañosas ocurren más de dos o tres veces al mes, quizá se requiera tratamiento profiláctico, como por ejemplo el propanolol, amitriptilina, sertralina, fluoxetina, ergonovina, etc. No se ha aclarado aún su mecanismo de acción y puede incluir tanto un efecto en la vasculatura extracerebral como una acción cerebral, como por ejemplo, la estabilización de la neurotransmisión serotonérgica.

Sin embargo es posible que sea necesario intentar en sucesión varios medicamentos antes que se controlen las cefaleas. Una vez que se encuentra el medicamento útil, debe continuarse varios meses. Si el paciente permanece sin cefalea, puede disminuirse gradualmente la dosis y por último suprimirse el medicamento.

Sugerencias: