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Entérate los beneficios físicos y psicológicos que podría tener tu cuerpo con una actividad sexual sana.


Por Redacción Fitness

En 2001, la psicóloga Anabel Ochoa era una de las grandes expertas de la sexualidad en México, incluso ese año publicó otro de sus tantos libros, "Mitos y realidades del sexo joven" (Aguilar), pero a los pocos años murió.

Cuando se editó por primera vez ese volumen, FITNESS le hizo una entrevista donde habló de los beneficios del sexo en el cuerpo, como una forma de "matenerse en forma". A pesar de los años, esos consejos no han pasado de moda. Aquí la parte de esa entrevista.

Tu libro "Mitos y realidades del sexo joven" tiene un lenguaje sencillo, directo, ¿cómo es que lograste este lenguaje?

Quitando el miedo, nada más. Si tu ves, no creo un lenguaje. La palabra técnica es para que yo aprenda, pero finalmente no la entiende nadie; es inaccesible para el público y la sexualidad es de todos no sólo los doctores. (Tampoco es) el lenguaje peladísimo, que es el secreto entre los cuates. Entonces cómo le hacíamos en el radio, yo no quería ser técnica para que me entendieran y no podía ser pelada por la Ley de Radio, entonces tuve que encontrar ese lugar llano, de comunicación directa, sin decir cosas despectivas y barbaridades.

Mi libro incita a la reflexión, ya que si entiendes las cosas, los datos es lo de menos, porque los encuentras en cualquier lado, pero ayudar a pensar sobre sexualidad con tranquilidad y serenidad.

¿Cómo crees, en ese sentido, que influyan los medios de comunicación en la educación sexual?

Influyen mucho en todo, para bien y para mal, porque los medios son un reflejo de nosotros mismo como sociedad y, a su vez, nos están filtrando por los oídos y por la vista todo el rato. Entonces (su influencia es) en todos los niveles; la publicidad misma es nefasta, tiene un patrón del machista repugnante. Si tu sacas un carro tienes que sacar a una güera bien formada, y le estás diciendo al hombre que con ese carro va a conseguir una güera bien buena. Si tu quieres vender una lavadora háblale (al espectador) en femenino. Yo (me pregunto), pero ¿quién dijo, hay algún ovario pegado a lavadora o el botón se aprieta con el clítoris?

México está pasando un momento de apertura precioso y es muy benéfico que en los medios se hable, porque no es sucio hablar de sexualidad. Es sucio si estás ocultando y manipulando a la gente. (Hablar de esto) puede hacer un bien a la humanidad tremendo, y hasta a niveles políticos.

(No tener una vida sexual sana) frustra, y no revisamos todo eso. (Hacer lo contrario) tendríamos una sociedad más alegre; llena de sonrisas; las relaciones son sanas, limpias, bonitas y se han entendido al revés, como que con la sexualidad se enturbia todo. Se enturbia con el silencio, con la incomprensión, con marginar a las minorías, a los homosexuales, seguimos sin entender que podemos vivir mucho mejor y los medios son fundamentales en eso. Que transmitan imágenes positivas, no engañosas, sino de crecimiento, porque es curioso, luego censuran una escena erótica por ejemplo, y puedes ver cómo cogen los hipopótamos, pues yo prefiero ver a la pareja guapísima.

Yo me preocuparía más de limitar la dosis de violencia juvenil que de sexualidad, hay que formar parte de algo normal y proyectarlo como algo positivo, la pareja es feliz y disfruta de su sexualidad. Se atrasa, incluso, la edad de inicio de las relaciones sexuales. Hay mejor relación de pareja, hay menos desatinos, hay menos violencia.

¿De quién consideras que es la responsabilidad en cuanto a la protección en una relación sexual, por ejemplo, en el caso de una pareja en la que una de las personas sabe que tiene una infección, puede ser VIH, gonorrea, etc., es responsabilidad de esa persona o de la que no está infectada?

Tiene que ser de los dos. En primer lugar tiene que ser de uno mismo; no puedes partir de la base de que en la relación sexual sea tu relación. En la relación entre dos cuerpos tienen que ir primero las dos personas con un criterio de protección propia, yo como mujer no puedo esperar que él me surta de anticonceptivos, ni que me proteja de enfermedades, tengo yo que decidir cómo me voy a proteger y cómo quiero vivir eso; él igual.

A la hora del encuentro se negocia todo eso, y se suman dos responsabilidades, no una sobre otra, porque además fíjate, en cuanto a las enfermedades de transmisión sexual hay que tener una conciencia de que viven en nosotros; de que no se lleva escrita en la frente y de que casi no hay pareja segura. Una pareja segura sería la compuesta por vírgenes, los dos, pero pues tienes que crearlo, porque ahora todos dicen que son quintitos.

Otros dicen somos novios y somos fieles los dos; bueno, pero le eres fiel de un año para acá; se han tenido otras parejas, uno puede ser portador del VIH y de muchas otras cosas, entonces, yo ni le daría vueltas a la protección. El sexo solamente puede ser protegido.

Diversos estudios han demostrado que en la actualidad cerca del 40% de los adolescentes que inician su relaciones sexuales no se protegen, ¿a qué crees que se deba esto?

Todos tienen información del condón, pero todavía no hay cambio de actitud. Es como esos dos momentos de posicionamiento que tienen los publicistas: primero que todos hayan oído hablar de esto, pero tarda mucho más que en que todos lo utilicen, y todavía no se da esa generalización ni aquí, ni en países de vanguardia de Primer Mundo.

(El problema es que) la adolescencia es un periodo especialmente romántico; el adolescente sueña con amores platónicos, ese encuentro le da por pensar: "aquí no ha pasado nada, yo soy un ser puro y este es el amor de mi vida", es decir, es un momento muy soñado que cuesta mucho aterrizar. Creo que es mucho más fácil si ya se educó sexualmente desde el kínder, pero si intentas en ese momento tan soñado y tan romántico, cuando él ve ese encuentro sexual o darle una funda en medio es algo que le desagrada tremendamente.

Hay muchos mitos entre ellos por eso he escrito también ese libro, Mitos y realidades del sexo joven, porque al no haber ninguna información sexual, circulan mitos y la mayoría, por ejemplo, dicen que la primera vez no pasa nada y esa idea está generalizada.

Una vez me habló al programa una joven virgen y me dijo que ella se había enterado que si se ponía condón la primera vez le daba cáncer. Pero es lo importante desmitificar todas esas cosas.

Hablando un poco del aspecto físico, ¿crees que la salud sexual tenga que ver con el cuidado físico del cuerpo?

Bueno, la sexualidad empieza por amar tu cuerpo. Ahora, ojo, yo ahí pondría límites, amar el cuerpo considero, a conservarlo, a quererlo, a que te veas en el espejo y sea algo con lo que estás en paz, sea como sea. A tenerlo sano, a tenerlo limpio, a que mires también tus genitales, a tratarlo con cariño, tocarlo, sentirlo, quererlo y conservarlo sano; mantenerlo bonito si quieres, de alguna manera siempre puedes adornarlo en vez de andar fodongo, de estar todo sucio, sudoroso, enfermo y abandonado, pero también puedes caer en una enfermedad de hedonismo y a vivir sólo para el cuerpo, eso es una forma de fetichismo enfermiza.

A parte de que nos están vendiendo prototipos de belleza que no son nuestros, es decir, una mexicana por mucho que se cuide no va a ser como la top model Cyndy Crawford o la Claudia Schiffer, pero te obligan a ser así. Todos recibimos prototipos de belleza gringos y hasta parece que odiamos a nuestra raza y nuestras formas, que si somos tan feos, ¿quién dijo que ellos son guapos?, ¡pero si tienen cara de pan sin sal que no pueden con ella! Pero todos creemos que eso es bello y hay que tener mucho cuidado con eso.

Amar el cuerpo es estar en paz contigo mismo, no amar el cuerpo de otro y querer tenerlo, porque eso sí es terrible. También los hombres se obsesionan con el pene, quieren tener lo más grande posible. Los negros tienen grande, pero los japoneses son los mejores amantes del mundo y tienen un pene pequeño.

Perseguir fantasmas de belleza puede ser muy peligroso. Yo llamaría la atención a todos, a los medios, a que sepamos que esos son adornos, que no son realidades y que no nos importe que circulen, pero que se queden en fantasía y no que la pareja de morenos quieran tener el niño rubio. Van a la casa de adopción y todos quieren puros blanquitos, lo prietitos ahí se quedan.

En el culto al cuerpo hay una cantidad de barbaridades, a veces fíjate, por tener un atractivo supuestamente erótico, no ves si puede resultar más "pegador", toman anabolizantes y de "pegador" nada, porque no "pega ni un sello", ni un timbre de correo, ni un nada. Entonces se quede un muñeco muy bonito para sacarlo a paseo, para sacarle fotos; para la cama búscate otro.

También muchas mujeres que para estar bellas llega un momento que no se pueden tocar el peinado, ni el cutis, ni la dieta y va a la cama con una mascarilla de pepino, y no fastidies, oye.

A punto de concluir la plática, Anabel Ochoa explica:

El orgasmo tiene un efecto fisiológico sobre la belleza y sobre la salud, por ejemplo. (La persona que tiene) un promedio de 100 orgasmos al año, (según) un estudio mundial muy serio, tiene un índice de vida de hasta de diez años más que la gente que tiene menos de 100 orgasmos al año.

Cien orgasmos al año no es mucho, sin embargo, hay un momento en la vida, sobre todo en las épocas en que la gente es grande, que deja de preocupar por el sexo, (pero éste) produce antioxidantes, embellece el cutis de una manera tremenda, o sea que a veces es más barato echarse un "rapidín" que comprarte una crema carísima.

(El sexo) tiene un efecto, sobre todo, en el metabolismo, sobre el equilibro de ácidos en tu estómago. Dicen que a la gente que padece del estómago se le amarga el carácter, yo creo que a la gente amargada se le jode el estómago.

El equilibrio ha sido base en el organismo, la oxigenación de la piel, los antioxidantes, los anticancerígenos y la longevidad, entonces es una terapia fabulosa. Si vas al gimnasio, eres alguien que se está cuidando, por qué no también, al llegar en la casa, si tienes una buena pareja (la aprovechas), digo, no se va a enojar. Puede ser muy sano, quedas en paz y te quedas a gusto, te quedas relajado y el cuerpo agradece, porque física y metabólicamente está preparado para todas esas endorfinas. Cuando hay orgasmo el cerebro suelta endorfinas, es la morfina que fabrica, sustancias de placer en vez de la adrenalina.