Dos factores que influyen son los genes y las fibras musculares.


Escrito para Fitness por Beatriz Barajas Tomas

Estimados lectores y deportistas:

Muchos de ustedes se habrán preguntado cuál es la disciplina deportiva más apropiada para lograr sus objetivos. Esta es una de las cuestiones más escuchadas en gimnasios e instalaciones deportivas.

Pues bien, la oferta de disciplinas que se ofrecen hoy día, son muy variadas. La elección de estas estará en función de objetivos, capacidades y características de la propia actividad a practicar.

Así se distingue en una amplia clasificación entre actividades con un carácter más aeróbico y actividades con un carácter anaeróbico. La diferencia de exigencia entre ambas consiste en las rutas metabólicas que emplea el organismo para ejecutar tales actividades. Es decir, de dónde el cuerpo sustrae la energía para llevarlas a cabo.

Los nutrientes que se deben aportar al organismo para favorecer una u otra vía energética, si se quiere aumentar el rendimiento, tienen naturalezas diferentes.

Las disciplinas con un carácter más anaeróbico emplean como sustrato principal el glucógeno y las proteínas, es por esto que las personas que realicen trabajo en sala de musculación (trabajo con peso y/o resistencia) suelen aumentar su dosis proteica.

Por otra parte, las actividades de carácter aeróbico, tomando estas en términos generales, las desarrolladas con frecuencias cardíacas de intervalo entre 120 y 150 aproximadamente, durante un periodo estimado de más de 30 minutos, emplean por sustrato principal las grasas, es por esto la actividad más demandada por el sexo femenino ya que practicándolas por lo menos tres veces a la semana se pierde grasa corporal.  El pulso cardiaco que indique el cambio de ruta metabólica (umbral aeróbico-anaeróbico) va a variar entre los deportistas.

Otro factor para tomar en cuenta está sujeto al tipo de fibras musculares que se tengan. Las fibras rojas o tipo I son las de contracción lenta, es decir, llevan a cabo la combustión mediante la oxidación de triglicéridos (grasas) para la obtención de energía.

Las fibras tipo II son de contracción más rápida de un tono blanquecino, son de mayor diámetro y menos número de mitocondrias. Estas a su vez se pueden subdividir en función del porcentaje de energía obtenido mediante oxidación (quema de grasas) y vías glucolíticas (sistemas que requieren menos presencia de oxígeno denominados también anaeróbicos).

Se preguntará que vías son las más predominantes en su constitución. Quiero decir a esto que existe un porcentaje condicionado por sus genes y el entrenamiento realizado desde la niñez condicionado por el tipo de actividades más activas o sedentarias. Por último, es importante mencionar que aún son entrenables, de modo que una persona puede realizar cualquiera de ambos esfuerzos. Estando más predispuestas para trabajo en velocidad, altas cargas y corta duración de esfuerzo las personas con fibras tipo II y por el contrario para esfuerzos a cargas no máximas, como puede ser correr un maratón, las personas con mayor índice de fibras tipo I.

En próximos artículos veremos cómo favorecer uno u otro tipo, la influencia de la dieta y la relación de la respiración y el consumo de oxígeno con las rutas metabólicas, así como los efectos sobre el cuerpo a un nivel más estético y también de salud.

Scroll to top