El estómago

El estómago es un saco hueco y elástico con forma de J, siendo la parte más ancha del tubo digestivo. Su superficie externa es lisa, mientras que la interna presenta numerosos pliegues que favorecen la mezcla de los alimentos con los jugos digestivos.

En este lugar las sustancias alimenticias permanecen almacenadas durante un tiempo antes de pasar al intestino en un estado de digestión avanzado.

En el estómago el alimento permanece entre tres y seis horas. Luego, pasa al intestino, donde se le agregan otros jugos desintegradores procedentes del páncreas y la pared intestinal. A estas alturas del proceso digestivo estamos frente a una masa compleja en la que los elementos iniciales se han convertido en otros más simples. Por ejemplo, las proteínas se han simplificado en aminoácidos, el almidón en glucosa y las grasas en ácidos grasos y glicerina. Estos compuestos más sencillos ya son capaces de atravesar la pared intestinal e incorporarse a la sangre mediante las vellosidades intestinales.

El estómago se encuentra compuesto por una región cardíaca, que limita con el esófago mediante un esfínter llamado cardias; una región media, llamada cuerpo o antro, y una región pilórica que comunica con el intestino a través del esfínter pilórico.

El estómago es musculoso, por lo que gracias a sus contracciones se completa la acción digestiva mecánica. Además, en él se realiza también parte de la digestión química, gracias a la acción del jugo gástrico secretado por las glándulas que existen en sus paredes.

Todo el proceso de digestión dura entre 16 y 24 horas, lo que quiere decir que para que esta operación se realice en forma óptima, la selección de los alimentos que se comen debe ser igualmente óptima.

El estómago se sitúa en la zona superior de la cavidad abdominal, ubicado en su mayor parte a la izquierda de la línea media. La gran cúpula del estómago, llamada fundus, descansa bajo la bóveda izquierda del diafragma. El esófago penetra por la zona superior, o curvatura menor, a poca distancia bajo del fundus. La región inmediata por debajo del fundus se denomina cuerpo.

La porción inferior, o pilórica, se incurva hacia abajo, hacia adelante y hacia la derecha, y está formada por el antro y el conducto pilórico. Este último se continúa con la parte superior del intestino delgado, que es el duodeno.

Los tejidos del estómago incluyen una cubierta externa fibrosa que deriva del peritoneo y, debajo de ésta, una capa de fibras musculares lisas dispuestas en estratos diagonales, longitudinales y circulares. En la unión del esófago y el estómago, la capa muscular circular está mucho más desarrollada y forma un esfínter, el cardias. La contracción de este músculo impide el paso de contenido esofágico hacia el estómago y la regurgitación del contenido gástrico hacia el esófago. En la unión del píloro y el duodeno existe una estructura similar, el esfínter pilórico.

La submucosa es otra capa del estómago, formada por tejido conjuntivo laxo, en el cual se encuentran numerosos vasos sanguíneos, linfáticos y terminaciones nerviosas del sistema nervioso vegetativo. La capa más interna, la mucosa, contiene células secretoras, algunas de las cuales producen ácido clorhídrico, que no solo neutraliza la reacción alcalina de la saliva, sino que proporciona un carácter ácido al contenido gástrico y activa los jugos digestivos del estómago.

Las enzimas que se encuentran en el jugo gástrico son la pepsina, que en presencia de ácido fragmenta las proteínas en peptonas; la renina, que coagula la leche, y la lipasa, que rompe las grasas en ácidos grasos y glicerol. Un tercer tipo de células producen mucosidades para proteger al estómago de sus propias secreciones. Cuando un trastorno psicosomático o patológico impide la secreción adecuada de mucosidad, la mucosa gástrica se erosiona y se forma una úlcera.

La penetración en el estómago de productos alimenticios digeridos en parte, estimula la secreción de jugo gástrico. Los alimentos inducen la formación -en el extremo pilórico del estómago- de una hormona llamada gastrina, que cuando se absorbe estimula las glándulas secretoras. Este estímulo también se puede presentar por la simple visión u olor de la comida, lo que se denomina estimulación refleja o cefálica.

La porción cardíaca del estómago almacena la comida ingerida y las ondas de contracción -que pueden ocurrir a una frecuencia de tres por minuto- maceran y mezclan por completo el alimento con el jugo gástrico.

El alimento pasa periódicamente desde el estómago hacia el duodeno, proceso generado por la contracción de los músculos de la pared del estómago. Estos músculos están inervados por el nervio vago, que estimula la contracción de la musculatura gástrica y permite la apertura del esfínter situado entre el estómago y el duodeno, llamado píloro.

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