El contenido de los cálculos puede ser:

  • Oxalato cálcico
  • Fosfato cálcico
  • De la mezcla de ambas sales que es la composición más frecuente de los cálculos. Las causas de su producción pueden ser una o varias a la vez (beber poca agua, exceso de calcio en las comidas o por herencia familiar)
  • Los cálculos de ácido úrico son menos frecuentes y se producen cuando la orina se acidifica. Estos cálculos no se ven en la radiografía (no son radiopacos), por ello para observarlos se precisa la aplicación de contrastes o la ecografía.
  • Los cálculos de fosfato amónico magnésico, son muy agresivos por crecer muy rápidamente, se suelen asociar a infecciones renales.
  • Los cálculos de cistina aparecen en la infancia si existen enfermedades asociadas con alteraciones del metabolismo de la cistina.

Los cálculos renales además de los dolores que provocan, pueden ocasionar otras complicaciones. Al descender las piedras por los uréteres se puede producir una obstrucción que podría derivar en una infección, o en daño para el riñón que podría requerir su extirpación quirúrgica. Asimismo, esta infección se puede extender a la sangre (sepsis).

¿Cómo se previenen los cálculos renales?

Una de las soluciones en la que coinciden más médicos es la más simple: beber agua suficiente para que la orina salga clara.

Algunos médicos pueden pedir al paciente que introduzca ciertos cambios dietéticos, que deben ser personalizados. En ocasiones es preciso complementar el tratamiento con medicamentos.

Se realiza el tratamiento del dolor sobre todo en el cólico nefrítico, mediante analgésicos, aumento de la ingestión de agua, dieta blanda y reposo.

En la mitad de los casos el cálculo se expulsa antes de 15 días, y en la mayoría antes de los 2 meses.

Si la expulsión no se da espontáneamente se puede realizar:

  • Litotricia extracorpórea con ondas de choque. Mediante este método se rompen los cálculos en pequeñas fracciones que se pueden expulsar más fácilmente (eficacia del 90%)
  • Endo-urología. Se realiza una punción en la espalda a la altura de los riñones o por los conductos urinarios (uretra, vejiga, etc.)
  • Cirugía. Solo se realiza ante el fallo de los demás sistemas de tratamiento.

Las medidas preventivas son necesarias ya que la mitad de las personas que han sufrido un cálculo, vuelven a tener otro antes de 10 años.

  • Ingerir 3 litros de líquido diarios
  • La alimentación equilibrada y variada
  • Evitar las infecciones urinarias,  si aparecen, tratarlas correctamente. 
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