No se sabe qué provoca el cáncer de riñón pero un factor de riesgo es el fumar.


Escrito para Fitness por Ana Cecilia Becerril

El cáncer de riñón ocupa el tercer lugar en frecuencia de los tumores urológicos y representa el tres por ciento de todos los tumores del organismo. Aparece con máxima frecuencia entre los cincuenta y los setenta años, aunque puede presentarse a cualquier edad. En lo que se refiere a los dos sexos se puede afirmar que los hombres son más propensos a contraerlo que las mujeres. Hoy en día, la proporción entre hombres y mujeres enfermos de cáncer de riñón es de dos hombres por cada una. Al igual que la mayoría de los cánceres que reciben su nombre por el órgano al que afectan, se conoce como cáncer de riñón al que se produce en cualquiera de los dos riñones o en los dos.

Las causas del cáncer de riñón hoy por hoy, todavía no se conocen muy bien. A pesar de ello, aunque no se conozca exactamente por qué se desarrolla este cáncer, sí se han descubierto determinados comportamientos, hábitos y acciones que aumentan las posibilidades de una persona de desarrollarlo. A esto se le conoce como "factores de riesgo". Por ejemplo, el tabaco es uno de los mayores y más importantes factores de riesgo para contraer cualquier tipo de cáncer.

El tabaco causa más de un cuarto de los cánceres de riñón. Los fumadores son el doble de propensos que los no fumadores a contraer esta enfermedad. Luego, se podría decir que dejar de fumar es una manera muy simple de reducir el riesgo a contraer cáncer de riñón en un cincuenta por ciento. Esto no es sólo aplicable al cáncer de riñón, sino al de pulmón, de boca, de garganta, de laringe, de esófago, de vejiga... No obstante, el tabaco no es lo único que puede incrementar el riesgo de contraer cáncer de riñón. Algunas personas lo han desarrollado tras largos procesos de ingesta de una droga calmante llamada Fenacetina.

Algunos trabajos son más propensos que otros a generar cáncer de riñón como, por ejemplo, los relacionados con el refinamiento del petróleo o con el tratamiento del amianto.

Los científicos no pueden explicar todavía por qué tener sobrepeso puede incrementar la posibilidad de contraer algún tipo de cáncer, como el de riñón. Por eso, mantenerse en un peso "ideal" reduce el riesgo de contraerlo. En general, de acuerdo con la Sociedad Americana del Cáncer (American Cancer Society), los factores de riesgo son los siguientes: 

  • Fumar (duplica el riesgo)
  • Amianto (exposición continuada al amianto y a los vapores del petróleo)
  • Cadmio (exposición continuada al cadmio)
  • Historial familiar (un historial familiar de cáncer de riñón aumenta el riesgo de la persona)
  • Sexo (los hombres duplican en riesgo a las mujeres)
  • Síndrome Von Hippel-Lindau (enfermedad causada por la mutación de un gen)
  • Esclerosis tuberosa
  • Régimen alimenticio (una dieta alta en grasa aumenta el riesgo)
  • Obesidad
  • Diálisis a largo plazo (los pacientes que han estado en diálisis por largo tiempo pueden desarrollar quistes renales que pueden ser causas de cáncer de riñón).

Los síntomas del cáncer de riñón son muchos y variados. En cada individuo se pueden presentar de una forma u otra. Los más comunes son:

  • Sangre en la orina
  • Pérdida de peso rápida e inexplicable
  • Dolor en la parte baja de la espalda
  • Pérdida del apetito
  • Hinchazón de los tobillos y las piernas
  • Masa o bulto en el abdomen
  • Fatiga
  • Fiebre recurrente (que no se debe a un catarro o la gripe)
  • Hipertensión arterial (menos frecuente)
  • Anemia (menos frecuente)
  • Dolor constante en uno de los costados. El síntoma más común es la aparición de sangre en la orina. Puede ocurrir que aparezca sangre visible un día y otros no. Pero la sangre no siempre es visible. Puede ser que sólo se detecte en un análisis de sangre en un chequeo médico de rutina. El tumor puede causar un dolor suave en los costados o en la espalda. También puede generar procesos de hipertensión arterial o generar un número anormal de glóbulos rojos.

Los síntomas se pueden presentar de repente. No obstante, como en el resto de cánceres, el cáncer de riñón puede causar un sentimiento general de mala salud. Las personas que sufren esta enfermedad pueden sentirse débiles, cansadas, sin apetito, etc. Otros pueden perder peso, o tener procesos febriles que aparecen y desaparecen. No obstante, todos estos síntomas también pueden deberse a otras enfermedades menos graves, por lo que, en cualquier caso, se debe acudir a un urólogo para un diagnóstico definitivo.

¿Cómo se diagnostica un cáncer de riñón?

La presentación clínica del cáncer de riñón es muy variable. Actualmente, entre un 40 y un 50 por ciento de los tumores de riñón se diagnostican mediante la realización de una ecografía en el transcurso de una revisión médica rutinaria, cuando el tumor todavía no ha provocado ningún síntoma. En otras ocasiones, se diagnostican tras la visita del paciente que tiene los síntomas clínicos que puede provocar el tumor.

Además del examen físico y el seguimiento de un historial médico completo, los procedimientos para diagnosticar el cáncer de riñón pueden incluir los siguientes:

  • Exámenes de laboratorio de sangre y orina
  • Urografía intravenosa: Se trata de una serie de radiografías de los riñones, uréteres y vejiga después de inyectar un medio de contraste en la vena para detectar tumores, anomalías, cálculos en los riñones o cualquier obstrucción y para evaluar el flujo sanguíneo renal.
  • Angiografía renal (llamada también arteriografía). Consiste en una serie de rayos X de los vasos sanguíneos renales después de inyectar un medio de contraste a través de un catéter colocado en los vasos sanguíneos renales para detectar cualquier señal de obstrucción o anomalías que afecten al suministro de sangre a los riñones.
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