No hay excusas para evitar la actividad física, practica la que más te guste tu cuerpo te premiará.


Por Antonia García Gómez

Llamada una enfermedad metabólica por impedir la correcta utilización de la glucosa sanguínea, la diabetes no impide que te puedas ejercitar, al contrario, el ejercicio te ayudará a mejorar tu salud claro está, siguiendo algunos lineamientos.

Si eres un diabético tipo I, porque requieres de insulina, es importante que:

  • Informes a tu médico que te estás ejercitando, y si eres constante, ya que de esto podría depender la  modificación en tu dosis de insulina.
  • Si tienes menos de una hora que te inyectaron insulina, no entrenes el músculo o los músculos afectados.
  • Deberás saber la hora de la acción de la insulina, ya que tampoco en estos momentos podrás ejercitarte. Infórmate con tu médico muy bien de esto.
  • Es conveniente, a menos que tengas una instrucción contraria de tu médico, que consumas carbohidratos antes y durante el ejercicio prolongado.
  • Ten a la mano un poco de azúcar, por si llegaras a necesitarla.
  • Hidrátate
  • No te ejercites si tienes algún síntoma de hipoglicemia: fatiga excesiva, mareo, náuseas, dolor de cabeza, manchas en la visión, confusión, temblores o taquicardia.

Si deseas ejercitarte:

Diabético tipo I.

Puedes  trabajar los dos sistemas de entrenamiento, tanto aeróbico como anaeróbico, pero siempre deberás tomar en cuenta la indicación de tu médico para poder entrenarte.

Haz ejercicio 30 minutos por lo menos cada tercer día a intensidad moderada, para evitar que la insulina se metabolice rápidamente y puedas tener un sock de hipoglicemia. De esta forma moderada irás obteniendo beneficios que ayudarán a mejorar tu salud e ir entrenando mayor número de días.

Si eres diábetico tipo II.

  • No eres dependiente de insulina, puedes entrenar aeróbico o anaeróbicamente de tres a cinco veces por  semana, por lapsos de una hora, esto te ayudará a metabolizar mejor la insulina.

Sugerencias:

  • Si eres principiante en el área del ejercicio es conveniente comenzar a intensidad moderada, tres veces a la semana e ir aumentando conforme el cuerpo lo va pidiendo. Lo ideal  es que te ejercites cinco veces a la semana por lo menos una hora para obtener mayores beneficios fisiológicos.
  • Comunicar al instructor o entrenador de la enfermedad que padeces para que elabore un entrenamiento adecuado para ti.
  • Está en comunicación con tu médico para estar controlad@
  • Alimentarte adecuadamente, es importante para sentirte bien.
  • Haz un buen equipo con tu médico, nutriólogo y entrenador, para evitarte sorpresas desagradables, pero sobre todo para lograr beneficios para tu salud.

Recuerda, cuida tu cuerpo, que es tu casa...

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