Afectarán las horas de ayuno, alimentación excesiva y poco nutritiva, el estrés.


Escrito para Fitness por Ana Cecilia Becerril

Por primera vez vemos el proceso de envejecimiento con una nueva perspectiva y podemos participar tratándolo de una manera más completa, no sólo como cirujanos en sus efectos exteriores, sino también como médicos ayudando a revertir los efectos del envejecimiento.

Hace poco más de diez años nació una nueva rama de la medicina, la medicina antienvejecimiento. Con la información que ésta ofrece se puede entender mejor la bioquímica fundamental y los cambios genéticos que inician y causan los cambios físicos del envejecimiento.

¿Cómo tratar el proceso de envejecimiento?

Para poder retrasar o controlar el proceso de envejecimiento, es necesario comprender qué es el envejecimiento celular.

La mayoría de los cambios relacionados con el envejecimiento son causados por la fluctuación del nivel de cuatro procesos fundamentales o básicos y su relación entre sí: glicación, inflamación, oxidación y metilación. Estos cuatro procesos afectan “la expresión genética”, determinando qué genes son apagados o encendidos.

El organismo tanto del hombre, como el de la mujer, cambian con los años y van teniendo distintas necesidades y etapas hormonales y metabólicas.

Por etapas:

De los 20 a 30 años: empieza el descontrol. A partir de esta edad nos independizamos, estudiamos y trabajamos, comemos cualquier cosa y a cualquier hora.

Pasamos horas de ayuno, donde nuestra alimentación puede ser tan calórica y poco nutritiva, que puede crearnos un problema de sobrepeso y falta de calcio en los huesos para el resto de nuestra vida.

De los 30 a 40 años: maternidad, paternidad y estrés

Esta es la época reproductiva y de mayor actividad laboral y es vital garantizar un buen aporte de hierro. Muchas mujeres dejan de comer carne y se alimentan mal y es común la anemia y la desnutrición.

Es necesario ser más ordenado en las comidas y respetar el desayuno, la comida y la cena. La alimentación balanceada depende más de un horario que del número de calorías que se ingieren. Los hijos, el trabajo, los compromisos sociales y el estrés afectan nuestra forma de comer. Comemos fuera de casa o muchas veces no tenemos tiempo de comer, o la ansiedad aumenta el apetito.

La cintura tiende a ensancharse porque el cuerpo almacena más grasa. Nuestra vida es hiperactiva, es difícil organizarnos y ser constantes y comemos en desorden. Los anticonceptivos y el embarazo suelen aumentarnos kilos difíciles de eliminar. Los niveles hormonales comienzan a bajar, aumentando la grasa y disminuyendo el músculo.

40 a 50 años: la segunda adolescencia, músculo por grasa.

En esta década tanto el hombre como la mujer están en una segunda etapa de reajuste hormonal, hay cambios hormonales y biológicos. Es el momento de prevenir la diabetes y más de la mitad de las mujeres y de los hombres de 40 a 50 años tienen sobrepeso.

El exceso de peso se acumula sobre todo alrededor del abdomen, donde es más difícil de eliminar y tiene un efecto negativo en los niveles de glucosa y colesterol. El nivel de estrógenos decae, el metabolismo se desacelera y el músculo continúa transformándose en grasa. Algunas mujeres comienzan a experimentar los signos de la menopausia. Y en los varones, sucede algo similar, aunque no manifiestan muchos síntomas, los más comunes, son baja de la libido y alopecia (calvicie).

50 a 60 años: El cuidado de los huesos y la fragilidad ósea. Estéticamente nos hacemos viejos.

En esta etapa los excesos se cobran la factura de las deficiencias nutricionales. Y las más comunes son la falta de calcio y hierro. Por lo que las fracturas y contracturas o desgarres musculares se hacen más fuertes y difíciles de curar.

Scroll to top